jueves, 19 de mayo de 2011

Frases hechas y cachos de lona

En este mundo capitalista las personas se ven obligadas a trabajar para poder sobrevivir, por lo tanto hacen cualquier cosa con tal de percibir algun beneficio económico. Hay sicarios, policías corruptos, empresarios de la salud, narcotraficantes, empresarios de la educación, periodistas amarillos, empresarios imperialistas, profesores ignorantes, chorros, gente que lucra con la música, el cine o la literatura, militares, personas que lucran con la sexualidad, gente que te envenena vendiendo saladix vencidas, empresarios, etc. Pero hay una ocupación que supera a todas las nombradas en este ranking que da cuenta de la decadencia humana. Sinceramente: ¿Hay algo peor que lucrar vendiendo pasacalles? Y no hago mención a aquellos que venden decodificadores truchos que a mi entender son justicieros sociales por estafar a mega-empresas. Me refiero a aquellos que por su llamésomle 'gomitud' son totalmente detestables. Hacen que una persona que viaja normalmente en el colectivo, pensando, tal vez, en cómo solucionar los problemas del capitalismo, se tenga que asquear con frases como:

"No pienses que te amo porque te amo más de lo que pensás". (A este lo mando al frente: está colgado en Av. Boedo y Pavón; ojalá lea esto porque paso todos los días por ahí y da nauseas. ¡¡¡PATRI NO VA A VOLVER CON VOS POR ESE CARTELITO!!!)
"No se hacia donde vamos, solo se que quiero ir contigo. Te amo MUCHO."
"Te amo con todo mi corazón. Sos única (inserte nombre de persona)"
"Como quieres que te olvide si al empezar a olvidarte me olvido del olvido y empiezo a recordarte."

Y un conjunto innumerable de frases hechas que intentan generar una reacción agradable en la persona a la que se dirigen. Intentan. INTENTAN. Dudo muchísimo que lo logren.

No conozco a nadie que se haya visto motivado a colgar un cartel de este tipo, por lo que no puedo relatar historias verídicas. Entonces, imaginemos:

Imaginemos que un flaco, desesperado porque su novia lo dejó, ve, al pasar por Dean Funes y Chiclana (chivos gratis, ¡esto es socialismo!), que hay un local en donde hacen estos cartelitos re tiernitos. Pasa, pregunta, pide presupuesto, contrata y se va feliz pensando, tal vez, que "con esto la tengo muerta". Sí, del susto. ¿Qué pasa por la cabeza de este muchacho para hacer semejante acto? Descartemos echarle la culpa a Hollywood porque, que yo recuerde, ningun Ricardo Gere o Jorge Clooney hizo algo semejante para conquistar a alguna Julia Roberts. Así que, milagrosamente, los yankis zafan de mi dedo acusador. Esto es un invento meramente argentino del cual no se hace mención en el tema del pelado-careta La argentinidad al palo. Y acá me detengo: ¿Por qué discriminamos lo que creamos? Pensé que ese tema hablaba enteramente de las costumbres y los inventos argentinos, tanto de los buenos como de los malos. Y entonces...¿por qué se pasa por alto un tema tan importante como declaraciones de amor por medio de un cartel? En una sociedad tan fría como es esta de la hiper-comunicación informática que una carita con cachetes rojos significa que alguien en alguna parte pensó que un comentario le resultó vergonzoso -o pensó "uh qué boludez, bueno yo le mando esta carita para que no rompa las pelotas"-, no se debería obviar (como se hace en el tema del pelado-careta) que una persona pasó por alto todas las barreras que lo invitan a reprimirse y pudo imponer un grito de amor para que lo lea toda la sociedad. Todo el barrio. "Ma' sí, que se enteren todos carajo". Error. Grave error, mi estimado enamorado. No mediste las consecuencias de tus actos. Es hora de ponernos en el lado de la chica que lee este cartel:

Patri (tomemos el nombre que se esboza en dicho pasacalle de Boedo) se levanta, abre las ventanas de su dormitorio y ve: "No pienses que te amo porque te amo más de lo que pensás", con muchos corazones que decoran el mensaje. Reacciones posibles:
a) "Ay no lo puedo creer, es un amor, es el más tierno. Lo voy a llamar para agradecerle y solucionar todo".
b) "Es un lindo gesto. Voy a llamarlo para hablar."
c) "Bua, ¡¿este tipo quiere volver conmigo y lo primero que hace es colgar un cartelito?! Encima le pone mi nombre, es un boludo. Me va a joder medio mundo ahora. Lo voy a llamar para mandarlo a la mierda".

En el primer caso tenemos una reacción de una persona que también pudo abstaerse del mundo frío en el que vivimos y todavía cree en el amor como algo eterno entonces tiene la capacidad de perdonar cualquier cosa ante una mínima demostración de amor. Tanto el goma que le cuelga el cartel, como la goma que lo acepta, se merecen mutuamente.

Por otro lado, en la segunda reacción posible, estamos frente a una persona que actúa entre los límetes de la racionalidad y la emotividad. Se conmueve un poco al ver el cartel y llama para después hablarlo racionalmente con el ideólogo del mismo. Puede que el goma triunfe si es que logra persuadir a la muchacha en ese encuentro y así, el cartel haya logrado su cometido.

En el último caso se encuentra lo que yo llamo una persona inteligente. Sí, es como mi carta de presentación para conocer a alguien: "Hola, soy Juan, estudio comunicación, me gustan los redondos y considero que toda persona  inteligente es aquella que logra asquearse ante los pascalles amorosos". La mujer racional desacredita inmediatamente la validez de ese cartel, llama al goma, lo caga a puteadas y para colmo, éste se queda con tono lastimero del otro lado del teléfono diciendo y repitiendo cual lorito "lo hice porque yo te amo".


El amor es la base de una sociedad feliz. Basta con viajar en un colectivo para ver que esta sociedad no es feliz; entonces, si usted es una persona considerada, que piensa en el resto, por favor: no cuelgue pasacalles amorosos o reconciliatorios. Los infelices tenemos que pasar, leerlos, asquearnos y escribir al respecto. Señores, ninguna dama va a volver a sus brazos con una frase hecha escrita con muchos corazones en un pedazo de lona rota. Y si la dama ya está en sus brazos, no embarre la situación colgando uno de estos carteles. Mida sus consecuencias. Sea prudente y considere al de al lado. Del amor al odio hay un sólo paso, dicen. Ese paso puede ser un pasacalle.






Bonus:

No sólo hay personas que los cuelgan, sino que además ¡¡se muestran orgullosos!! Un aplauso para Facundo Toro y su tema Pasacalles de amor: Voy a llenaaaaaaaar...voy a llenar de pasacalles la ciudaaaaaaad...

(http://www.youtube.com/watch?v=vABV_3fisII El tema empieza en el minuto 3 más o menos para quien esté muy al pedo y quiera escucharlo.)


Un pasacalle dirá:
"Es tuyo mi corazón"
en cambio el otro dirá
"Te quiero más que a la flor".






¡Poeta argento, carajo! ¡Aguante Facundo Toro!

2 comentarios:

  1. Los de 15 años los soporto porque a las quinceañeras todavía les gusta. Los de amor me asquean, no solo porque si a mi me lo hicieran me moriría de vergüenza, sino porque me parece un boludo el tipo que piensa que es mejor pagar por un pasacalles que decirselo a la mina en la cara, que gasté esa plata en un regalo como la gente! Pero lo que vi el otro día y me dio vergüenza ajena es uno que decía: Pepito(no me acuerdo el nombre) felices 18 añitos! Te amamos, tu papis, abuelos, tíos, etc, etc. 18 añitos? Como puede ser que alguien que dice amarte te haga pasar semejante papelón! Se la habrá querido cortar, es más, se la habrá cortado porque no creo que ninguna mina (al menos del barrio) le vuelva a dar bola!

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  2. ¿y la gomositud de regalar ranas tamaño persona, osos que cuando les apretas un boton cantan y se le prenden luces de colores, cadenitas, fotos gigantes, bufandas, etc? Vivan esos gomas que me hacen tan feliz.
    Sos un amargado, jajajajajaj

    (me voy a conservar en el anonimato, just in case)

    PD: yo creo que es muy grasa el pasacalle, pero está peleando el ranking con el folletito de "seguridad la 24 hora con microhonda"

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